Es bonito detenerse unos instantes, con los ojos cerrados, a "escuchar" los aromas del barrio y visualizar lo que deseamos iluminar en nuestras vidas.
En Japón, el arte de oler incienso o Koh-Do pretende ser un entrenamiento para agudizar los sentidos, relajar el alma y mejorar el estado de alerta. Se dice que el incienso no se huele, sino que se escucha. El objetivo es que el olor les transporte a otros estados. Así que, además de ser un ejercicio olfativo, también tiene algo de terapéutico y ritual.
Dadas las condiciones sanitarias impuestas, esta pista nos pareció relevante para presentar el perfume Jardines en el aire y sus diversos aromas de manera poética y segura.
Así ha sido durante nuestra celebración del solsticio de invierno y de la diversidad de Tres Barrios-Amate, donde hemos iluminado la Calle Candelilla y el jardín vertical con velas perfumadas con esencias que forman parte del perfume y de las especies vegetales presentes en el barrio.Para ello, en noviembre se realizó un taller de fabricación artesanal de velas aromatizadas con los alumnos de la AES Candelaria, conducido por Thibault Pradet y Fran Pazos.
11 kg de cera de abeja en bloque, 15 metros de pábilo (mecha encerada de algodón), 1 kg de parafina y aceites esenciales de eucalipto, rosa, romero, petit grain, cedro, incienso y pimienta con las que se crearon 220 velas.
Velas que, prendidas en un momento determinado durante la representación de Sinergias, sirvieron como fuente de energía y luz. Velas que conceden deseos, brindan calidez, magia, y rinden homenaje a la memoria olfativa del barrio.
220 velas para escuchar el aroma de Tres Barrios-Amate.
(Redacción Thibault Pradet)