Después de tomar muestras de suelo del barrio de la concepción, de molerlos para sacar sus pigmentos y configurar una paleta de acuarela de sus colores, era lógico que el próximo paso fuese recuperar sus aromas. Así que fuimos en busca del Petricor.
Esta poética palabra es el nombre del olor que se produce al caer la lluvia en los suelos secos, conocido popularmente como «aroma a tierra mojada» u «olor a lluvia.
Tras la demostración del experimento, realizamos una cata de 6
muestras de suelos con una gradación de olor del menos al más
intenso. Estas fueran las asociaciones que despertaron en nuestros sommelier:
-
Mar
- Hospital
- Celulosa
- Carbón ahumada
- La
coliflor rebozada que cocinaba mi abuela
- Humedad
-
Sudorcete
Los suelos son uno de los recursos más escondidos de nuestras ciudades sobreurbanizadas, con este laboratorio queremos reflexionar sobre la importancia de tener suelos vivos en nuestros barrios.